El Castell de Castalla y su proceso de recuperación social: 1984 y 2017
AUTORES: Màrius Bevià i Garcia (Arquitecto), Juan Antonio Mira Rico (ICOMOS-ICOFORT y Universitat Oberta de Catalunya) y José Ramón Ortega Pérez (ARPA Patrimonio)
El Castell de Castalla es una de las fortificaciones más emblemáticas de la Comunitat Valenciana. Situado en el municipio de Castalla (Alicante), es el bien cultural más representativo, por su historia, estado de conservación e importancia simbólica,de la localidad y del Conjunt Patrimonial del Castell de Castalla. Dicha denominación englobatodos los bienes culturares, materiales e inmateriales, y naturales localizados en el cerro del castillo.
Levantado en el siglo XI por los musulmanes, en un cerro ocupado con anterioridad durante la Edad del Bronce y las épocas ibera y romana; la fortificación actual –compuesta por el Palau, Patid’Armes y Torre Grossa– es el resultado de diversas transformaciones y construcciones de nueva planta ejecutadas durante dos grandes fases cronológicas y culturales: la andalusí (siglo XI-1244) y la cristiana (siglos XIV-XVI).
Su lamentable estado de conservación impulsó al Ayuntamiento de Castalla, a principios de la década de los años ochenta del siglo XX, a dar los primeros pasos para lograr su recuperación social. En el año 1984, y financiado por la Generalitat Valenciana, comenzó la redacción de un informe previo, elaborado por un equipo interdisciplinar formado por Màrius Bevià i Garcia (arquitecto director), Eduardo Camarero Casas (documentalista), Pilar Jiménez Tirado (arquitecta) y Julio Rosique Díaz y José M. Martínez (topógrafos). El mismo contó con la colaboración de Rafael Azuar Ruiz y Frederic Josep Cerdà i Bordera en las cuestiones castellológicas y arqueológicas. Dicho documento contaba con tres grandes bloques: estudio histórico y arquitectónico, análisis y descripción de patologías, y propuestas de intervención. Éstas consistían en la excavación arqueológica del recinto, su consolidación y la restauración de la Torre Grossa (la parte mejor conservada del castillo), como espacio expositivo.
Esta propuesta no se llevó a cabo, pero sirvió de punto de partida para otras que se plantearon entre 1990 y 1995. Es el caso del Proyecto básico de consolidación, excavación y limpieza del Palau del Castell de Castalla (1990), redactado por Màrius Bevià i Garcia; del borrador para la recuperación de la fortificación por parte del Ayuntamiento de Castalla y la Generalitat Valenciana (1994), que nunca se materializó; y del Proyecto 1ª fase de intervenciones en el Castillo de Castalla (1995), elaborado, de nuevo, por Màrius Bevià i Garcia. Este último documento, fue el punto de partida para intervenir sobre el propio castillo. De esta manera, entre 1997 y 1999, bajo la dirección de José Luis Menéndez Fueyo y José Ramón Ortega Pérez, se excavaron el Palau y el Patid’Armes. Ambas actuaciones arqueológicas ayudaron a determinar los orígenes de la fortificación, establecer su secuencia cronológica y cultural y cuantificar los destrozos sufridos en la década de los años treinta del siglo XX por aficionados de la localidad. Años después, entre 2003 y 2006, se intervino, arquitectónicamente, en toda la fortificación, bajo la dirección del citado Màrius Bevià i Garcia. En lugar la consolidación estructural prevista en 1984, se pasó a una restauración analógica en la cual la obra nueva y los restos originales, complementarios pero diferentes al mismo tiempo, forman una nueva unidad homogénea. Dicha actuación, en la cual se aprecia la influencia del arquitecto Carlo Scarpa y de su trabajo en el Museo de Castelvecchio (Verona, Italia); convirtió, al Castell de Castalla, en una de las escasas fortificaciones de la provincia de Alicante restaurada en su totalidad.
A partir del año 2009, coincidiendo con la puesta en marcha del, desaparecido, Servei Municipal de Patrimoni Cultural de Castalla, se reformuló la gestión de la fortificación por dos motivos estrechamente relacionados. En primer lugar, porque la realidad patrimonial del cerro en el cual se encuentra el castillo, –y de la cual apenas se sabía nada porque la fortificación acaparaba, desde siempre, toda la atención–, iba más allá del propio castillo y tenía que ser tenida en cuenta de acuerdo con los parámetros actuales de gestión del patrimonio cultural. Y, en segundo lugar, por la superación del tándem patrimonio cultural igual a monumentos, aislados o incluyendo entorno y/o ambiente, y las obras de arte, a partir de la segunda mitad del siglo XX; que permitió valorar, como patrimonio cultural, bienes no considerados, como tal, hasta fechas bien recientes. Muchos de los cuales están presentes en el cerro de la fortificación caso, por ejemplo, del patrimonio inmaterial.
Desde ese momento, se acuñó el término de Conjunt Patrimonial del Castell de Castallaque, como se ha expuesto, definió la agrupación de bienes culturales –materiales e inmateriales–, y naturales, con unos valores históricos, medioambientales y patrimoniales comunes, localizados y/o que se celebran en el promontorio del castillo. Se trató, siguiendo a Juan Agudo Torrico, de un cambio terminológico y de mentalidad, desde un modelo de gestión formado por el patrimonio histórico-artístico de carácter monumental y limitado a la cultura material; a otro integrado por el patrimonio cultural, focalizado en la cultura material e inmaterial y los bienes naturales antropizados (paisajes culturales). Este nuevo modelo, siguiendo las experiencias desarrolladas en castillos del ámbito anglosajón como Dover Castle (Inglaterra), Castle Campbell (Escocia), Castillo de San Marcos (Estados Unidos) o Castle Hill NationalHistoricSite(Canadá); se basó en la gestión integral de todos los bienes culturales y los naturales antropizados, sin importar su mayor o menor monumentalidad, valor o interés. Pues, sin una gestión integralsiempre habría bienes abandonados e incluso marginados a favor de otros, actitud que, incluso, podría llegar a provocar su desaparición.
A partir de aquí, se diseñó y ejecutó, hasta 2017, el Proyecto de recuperación social del Conjunt Patrimonial del Castell de Castalla, bajo la dirección de Juan Antonio Mira Rico, Màrius Bevià i Garcia y José Ramón Ortega Pérez; la participación de más de 20 investigadores y profesionales especializados en el patrimonio cultural y natural; y la financiación, en buena medida, del Muy Ilustre Ayuntamiento de Castalla. El mismo se estructuró en una serie de pilares básicos –investigación, conservación, difusión, restauración y didáctica–, con el objetivo de recuperar todos los bienes culturales, inmateriales y materiales, y naturales del conjunto patrimonial.