La muralla urbana de Zorita de los Canes (Guadalajara). Nuevas perspectivas desde su forma y evolución constructiva
Dentro del panorama fortificado medieval del centro peninsular, destaca sobremanera el conjunto fortificado de Zorita de los Canes, donde su muralla urbana, además del propio castillo, presentan un gran interés histórico y constructivo. En lo que a la cerca urbana se refiere, destaca el tramo más próximo al río, que cuenta con lienzos de mampostería califal con el clásico aparejo a soga y tizón, y su puerta de acceso recto, donde se han reutilizado varios spolia del vecino Cerro de la Oliva, la antigua Recopolis. Tras un recorrido historiográfico y documental, y un somero análisis estratigráfico de este tramo, esta comunicación se propone trazar una evolución constructiva alternativa a la asumida comúnmente, ya que se pueden observar algunas interrupciones en el desarrollo horizontal de la muralla plantean ciertas dudas sobre su cronología. En concreto, será la puerta y su posterioridad estratigráfica respecto al resto del conjunto lo que nos obligue a preguntarnos cómo se practicaba el acceso al recinto urbano en época andalusí, mucho antes de su apertura varios siglos después. La respuesta estará muy cerca, en el lado norte del propio lienzo estudiado, donde han quedado fosilizadas dos torres de flanqueo, muy próximas entre sí, lo que invita a proponer que se trate de la puerta original del recinto altomedieval. El cierre de este primitivo acceso podría relacionarse con la construcción de un puente de cantería que salvaba el río Tajo y cuyo trazado debió de condicionar la apertura de una nueva puerta en la cerca. Este puente fue arrastrado por una riada en el siglo XVI y apenas quedan restos visibles de su estructura.