Reuniones Científicas en el MARQ

Dr. Artur Petrosyan

Dr. Artur Petrosyan

Biography

GRAPES AND WINE IN THE WORLDVIEW OF ANCIENT SOCIETIES

Dr. Artur Petrosyan
Institute of Archaeology and Ethnography
National Academy of Sciences of Armenia
Areni-1 Cave Scientific-Research Foundation

Throughout history, various societies revered deities associated with grapes and wine, making the grape one of the most worshiped plants. Its vitality and climbing nature symbolized a connection to the divine. Grape juice and wine were seen as the blood of the land, deepening humanity’s bond with nature and serving as a medium for communication with the gods.

The culture of grape and wine was integral to the identity of its creators, shaping both spiritual and material traditions. In several ancient civilizations, including Asia Minor, the Armenian Highlands, the Aegean, and the Levant, wine played a vital economic, social, and religious role. Unlike Mesopotamia and Egypt, where beer was dominant, wine prevailed in these regions from the Chalcolithic to the Iron Age.

The Hittites, for instance, placed great importance on viticulture. Their laws regulated vineyards, harvests, and trade, with strict punishments for damaging crops. Dedication texts reference extensive lands for grape cultivation. Wine was central to rituals, sacrifices, feasts, and exchanges, regarded as a drink worthy of gods. Both pre-Christian and Christian traditions linked wine to blood, with archaeological evidence attesting to its role in funeral libations as early as the fourth millennium BC in Armenia.

Armenians saw the grapevine as the Tree of Life. According to legend, grapes sprouted from the bones of Noah’s sacrifice. Armenian saints and martyrs were metaphorically transformed into wine, while vineyards symbolized paradise and divine hospitality. Armenian historians even equated grape cultivation with statehood, noting that political decline led to a collapse in viticulture. This deep-rooted association underscores the enduring cultural and spiritual significance of grapes and wine in Armenian heritage.

 


 

LA UVA Y EL VINO EN LA COSMOVISIÓN DE LAS SOCIEDADES ANTIGUAS

Dr. Artur Petrosyan
Instituto de Arqueología y Etnografía
Academia Nacional de Ciencias de Armenia
Fundación de Investigación Científica de la Cueva Areni-1

A lo largo de la historia, diversas sociedades veneran a deidades asociadas con la uva y el vino, lo que convirtió a la uva en una de las plantas más idolatradas. Su vitalidad y su naturaleza trepadora simbolizaban una conexión con lo divino. El zumo de uva y el vino se consideraban la sangre de la tierra, profundizaban el vínculo de la humanidad con la naturaleza y servían de medio de comunicación con los dioses.

La cultura de la uva y el vino formaba parte integral de la identidad de sus creadores, configurando tradiciones tanto espirituales como materiales. En varias civilizaciones antiguas, como Asia Menor, las tierras altas de Armenia, el Egeo y el Levante, el vino desempeñó un papel económico, social y religioso vital. A diferencia de Mesopotamia y Egipto, donde predominaba la cerveza, el vino prevaleció en estas regiones desde el Calcolítico hasta la Edad de Hierro.

Los hititas, por ejemplo, concedían gran importancia a la viticultura. Sus leyes regulan los viñedos, las cosechas y el comercio, con estrictos castigos por dañar las cosechas. Los textos de las dedicaciones hacen referencia a extensas tierras para el cultivo de la vid. El vino ocupaba un lugar central en rituales, sacrificios, fiestas e intercambios, y se consideraba una bebida digna de los dioses. Tanto la tradición precristiana como la cristiana vinculan el vino a la sangre, y hay pruebas arqueológicas que atestiguan su papel en las libaciones funerarias ya en el cuarto milenio a.C. en Armenia.

Los armenios veían la vid como el Árbol de la Vida. Según la leyenda, las uvas brotaron de los huesos del sacrificio de Noé. Los santos y mártires armenios se transformaban metafóricamente en vino, mientras que los viñedos simbolizaban el paraíso y la hospitalidad divina. Los historiadores armenios llegaron a equiparar el cultivo de la vid con la condición de Estado, señalando que el declive político provocó el colapso de la viticultura. Esta arraigada asociación subraya la perdurable importancia cultural y espiritual de la uva y el vino en el patrimonio armenio.