Reuniones Científicas en el MARQ

EL CASTILLO DE VILLENA (ALICANTE). PROCESO Y ACTUACIONES PARA SU REVALORIZACIÓN

 

AUTORES: Julio P. Roselló Serrano (Arquitecto). Laura Hernández Alcaraz (Arqueóloga. Museo de Villena), Luz Pérez Amorós (Arqueóloga. Museo de Villena) (AYUNTAMIENTO DE VILLENA), ARPA Patrimonio, S.L.

 

Desde que fue edificado, a finales del siglo XII, el Castillo de la Atalaya de Villena ha sido objeto de numerosas reformas que le han proporcionado el aspecto que presenta en la actualidad. Los testimonios escritos demuestran que una de las primeras fue la llevada a cabo por don Juan Manuel en la primera década del siglo XIV. Otra de las más significativas fue la efectuada por Juan Pacheco en torno mediados del siglo XV, cuya motivación principal fue adaptar la fortaleza al uso de la pólvora y ampliar las estancias de la torre. Para ello, construyó el antemural con torreones circulares y paramentos ataludados; reforzó el acceso principal con dos cubos circulares y troneras y edificó las dos plantas superiores de la torre.

El uso que mantuvo la fortaleza en la Edad Moderna y Contemporánea propició la conservación de sus estructuras defensivas. Prueba de ello son las distintas reparaciones y obras de mejora constatadas a lo largo de los siglos XVI y XVII. Por su parte, la activa participación de la fortaleza en la Guerra de Sucesión impulsó las medidas de conservación y de mejora en las estancias del nuevo gobernador.

A partir del final de la Guerra de la Independencia, en abril de 1813, el interior de la torre sufrió graves daños como consecuencia de la voladura provocada por el ejército francés, con la intención de inutilizar la principal estructura defensiva de Villena.

A partir de ese acontecimiento el castillo se abandona y comienza a deteriorarse inexorablemente. Ante el peligro que suponen, algunas construcciones deben tapiarse o derribarse, como la puerta de acceso, un pozo y algunas almenas, por el estado ruinosos que presentan.

Hay que esperar hasta mediados del siglo XX para volver a tener noticias de nuevas intervenciones en el castillo, esta vez con la ayuda económica de la Administración Pública. En esta época también se reconstruyeron las bóvedas almohades, la escalera interior y el remate de la torre. Posteriormente, se recrecen la muralla y el antemural, se rehabilita la puerta de acceso principal y se acondicionan los accesos y el entorno exterior. Estas obras, cuentan por primera vez con supervisión arqueológica, a cargo de José María Soler.

A finales del siglo pasado el deteriorado estado de conservación que presentaba el castillo exigía la puesta en marcha de un proyecto de rehabilitación integral. Ello pudo realizarse al amparo del Plan Nacional de Castillos del Ministerio de Cultura, quien llevó finalmente a cabo dos intervenciones entre los años 1999 y 2004.  El proyecto denominado “Intervención sobre el Castillo. Recinto Superior” redactado por los arquitectos Marius Bevia y Santiago Varela, se centró en la restauración del interior de la torre del homenaje y en la cara interna de la muralla, con el fin de mejorar y recuperar aquellas partes del monumento dañadas o con graves carencias, y garantizar su conservación y recuperación. Las actuaciones arqueológicas, efectuadas desde enero a junio de 1999, bajo la dirección del personal del Museo de Villena y José Luis Simón García, se ajustaron a aquellos lugares en los que fue estrictamente necesaria su intervención, bien por motivos relacionados con la ejecución de las obras o por la necesaria documentación histórica de las áreas afectadas, es decir, el patio y el interior de la torre. El resultado más significativo de esta campaña fue el hallazgo de un foso junto a la puerta de acceso a la torre.

En el año 2003 finalizó la segunda fase de restauración en el Castillo, centrada en el antemural. Para ello levantó un peto de piedra en el remate y se repavimentó el adarve. Lo más destacado de la excavación arqueológica fue el descubrimiento de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves o del Castillo, en el ensanche que forma la barbacana en el ángulo SO de la fortaleza. Esta capilla fue construida por don Juan Manuel, a mediados del siglo XIV. Los restos descubiertos, al igual que las distintas estructuras del patio localizadas en su día por Soler, se protegieron y se cubrieron de nuevo a la espera de proceder en el futuro a su consolidación y puesta en valor.

La ocasión surgió con la tercera y última fase de actuaciones en el castillo, desarrollada entre el verano de 2012 y febrero de 2013, bajo la dirección del arquitecto Julio Pascual Roselló Serrano y el equipo de Arqueología formado por el personal del Museo de Villena y la empresa Arpa Patrimonio. El objeto de la intervención fue doble: la restauración de los paramentos exteriores del recinto superior y de la Torre del Homenaje, y las excavaciones arqueológicas en la liza, la barbacana y los sectores norte y oriental del patio. La superficie excavada en   ambos sectores suman unos 538 m², es decir, un 70% del total del área que ocupa el patio. El resto del terreno permanece intacto con el fin de reservarlo para futuras investigaciones.

De entre los restos descubiertos en esta zona destacamos el hallazgo de un gran edificio rectangular, adosado a la muralla oriental en todo su recorrido, que estaría en uso durante la primera mitad del siglo XIV, en la época en que D. Juan Manuel de Villena realizó varias reformas en el Castillo, aunque posiblemente continuaría su aprovechamiento en la centuria siguiente. Por otro lado, junto a la muralla norte se han excavado varias dependencias que tendrían dos alturas tal y como avalan los huecos de los forjados y de las hornacinas embutidos en dicha muralla. El objetivo ha sido su puesta en valor mostrando los diferentes niveles de ocupación que abarcan desde el siglo XVI hasta la Guerra de la Independencia, momento en el que las edificaciones serían ocupadas por las tropas napoleónicas. Además, destacamos que en el ángulo noroeste del patio se profundizó la excavación hasta alcanzar estructuras islámicas que se corresponderían con los niveles primigenios de la fortaleza. Todos estos restos junto con los de la ermita de la Virgen de las Nieves, situada en la denominada barbacana, se han consolidado en esta última fase que, asimismo,  ha incluido mejoras en la accesibilidad de los adarves. Con ello, y los elementos informativos ubicados en 2011, tanto en el interior de la torre como en el exterior del monumento, consideramos que la visita al castillo es más comprensible, desde cualquier perspectiva e intereses del público visitante.