Reuniones Científicas en el MARQ

INTERVENCIONES ARQUITECTÓNICAS Y ARQUEOLÓGICAS EN EL CASTELL DE BANYERES DE MARIOLA (ALACANT): 2014-2016

 

AUTORES: Màrius Bevià i Garcia (Arquitecto), Jaime Manuel Giner Martínez (Arquitecto), José Ramón Ortega Pérez (Arqueólogo ARPA Patrimonio), María Ángeles Calabuig Alcántara (Museus de Banyeres de Mariola), Marco Aurelio Esquembre Bebia (Arqueólogo ARPA Patrimonio)

El castillo se sitúa en el centro del casco urbano de Banyeres de Mariola, fortaleza de planta poligonal irregular dispuesta entre la cima y la ladera de un cerro a 830 m s/n/m., a la que se accede por una puerta de arco de medio punto situada en un quiebro de la muralla exterior en su ángulo NE. La fortificación se ordena alrededor de una imponente torre, en dos recintos escalonados, dispuestos en su fachada del mediodía, con murallas levantadas y rehechas en mampostería con un patio de armas, muy transformado, donde en su momento, se encontrarían las distintas dependencias del castillo. Se remata el conjunto de murallas en almenas con paso en su adarve, y su perímetro encierra el citado patio de armas, construido en la restauración del castillo con los rellenos de la obra.

La torre, como elemento más emblemático de la fortificación, está construida en tapial, cuadrangular, con tres alturas cubiertas con bóvedas de medio cañón y las salas se iluminan mediante pequeñas aspilleras. En la actualidad posee un ingreso en altura, realizado tras la restauración de 1968-1970, por la cara sur de la torre, con arco de medio punto en sillería. El acceso original fue tapiado y se halla en la cara oeste de la torre a unos 3 m del suelo actual.

La gran obra de rehabilitación se realizó en las décadas de los años setenta y ochenta del siglo XX, fruto de ello, es la configuración y aspecto actual.

Las últimas intervenciones realizadas sobre el Castell de Banyeres entre los años 2014 y 2016, han sido dirigidas por los arquitectos Màrius Bevià y Jaime M. Giner y ejecutadas por la empresa de arqueología y restauración ARPA Patrimonio. Dichas actuaciones han supuesto un pequeño avance en el conocimiento del nacimiento y desarrollo de esta fortificación y su mejora en su puesta en valor.

En la segunda mitad de 2014 se construyó el nuevo pabellón de aseo-recepción, al NE del castillo, en la zona de subida actual al mismo, elemento fundamental para la dinamización y recepción de visitantes a la fortificación. Obra promovida por el Ayuntamiento de Banyeres de Mariola y subvencionada por la Consellería de Cultura, para Bienes de Interés Cultural de la Comunidad Valenciana. Se llegó a excavar este espacio previamente a la construcción de dicho pabellón y se localizó un vertedero contemporáneo, que se inició hacia la mitad del siglo XIX y que dejó de funcionar en los años 80 del siglo XX. Bajo estos niveles de escombro, apareció material rodado de época bajomedieval cristiana y moderna (ss. XIV-XVI), que correspondería con material propio de la fortificación, con una novedad arqueológica, el hallazgo de material prehistórico en una pequeña oquedad, interesante descubrimiento, que será fruto de otra investigación, que permitirá averiguar si se trata de una cueva de la edad del bronce o de una fase algo más antigua, del eneolítico.

El segundo frente abierto en el año 2014 fue la intervención en la bóveda del aljibe ubicada en el recinto superior de la fortificación, junto a la torre. Obra financiada gracias a un convenio de colaboración entre la Agencia Valenciana de Turismo y el Ayuntamiento de Banyeres de Mariola, dentro del “Pla Millor 2014”. Al excavar el extradós de la bóveda o parte superior de la misma, se ha localizado toda una serie de pavimentos y chapados de la segunda mitad del siglo XX, incluido en su sector más oriental, un acceso y pavimento de cemento de los años 50 a 60 del siglo XX, vinculado a un palomar. Estos rellenos y pavimentos fueron sellados en la restauración del castillo en la década de los 70 del siglo XX. La excavación de estos rellenos también ha sacado a la luz las roturas contemporáneas sobre la propia bóveda del aljibe, como una rotura-chimenea en la zona este del aljibe, u otra en el sector occidental del mismo, sobre el acceso actual a la sala abovedada. Aquí lo interesante ha sido la excavación de los senos superiores de la bóveda, en cuyo conglomerado de mortero de cal y piedra, han aparecido pequeños fragmentos cerámicos, la mayoría, de factura bajomedieval cristiana, entre la 2ª mitad del siglo XIII y finales del siglo XIV, además de algún fragmento residual de época islámica almohade (s. XII-XIII). Esto fecha la construcción de este aljibe en la etapa cristiana. 

Los trabajos de rehabilitación del aljibe consistieron en el apuntalamiento general del interior de la bóveda contrarrestando los empujes, levantado del solado superior de la bóveda y acopio del aplacado calizo que forma el pavimento actual para su posterior reutilización y la excavación de los senos y extradós de la bóveda a cargo de empresa de arqueología. Tras ello se acometió la formación de una bóveda trasdosada de hormigón armado que anclaría a la existente, impermeabilización del trasdós y formación de drenajes laterales de la bóveda, así como relleno desde la nueva bóveda armada al pavimento de aplacado con árido ligero de arcilla expandida, reposición del solado con el aplacado calizo acopiado. Por su parte en el interior del aljibe se optó por el picado de paramentos verticales y enfoscados con morteros bastardos y la instalación eléctrica indirecta perimetral en el interior de la sala abovedada. Se recuperó el brocal del aljibe, y con posterioridad se musealizó el interior, convertida en sala de proyección de un audiovisual interactivo sobre la fortificación.

En el año 2016 se acometió la restauración de la porción suroeste del lienzo superior que da al actual patio de armas. Obra promovida por el Ayuntamiento de Banyeres de Mariola y subvencionada parcialmente por la Diputación Provincial de Alicante. Los trabajos de restauración del lienzo de muralla en tapial sirvieron para eliminar aquellos morteros recientes de los años 70 del siglo XX, así como remarcar las cajonadas de encofrado originales. Estos trabajos permitieron recuperar una antigua aspillera medieval perteneciente a la sala superior ubicada frente al aljibe citado con anterioridad. También se acometió la excavación de la ladera ajardinada en este sector, donde se pudo documentar estructuras muy arrasadas de viviendas bajomedievales que se apoyaban en el lienzo del recinto superior y la roca recayente, destacando la aparición de un antiguo horno de cal, de la fase moderna de la fortificación.