Reuniones Científicas en el MARQ

El uso de herramientas metálicas desde el punto de vista de los artefactos óseos del IV al II milenio a.C. en el norte de Grecia y el sudeste de Albania

El uso de herramientas metálicas desde el punto de vista de los artefactos óseos del IV al II milenio a.C. en el norte de Grecia y el sudeste de Albania

La zona que se extiende desde la costa norte de Grecia hasta las tierras bajas del sudeste de Albania encierra cierta variabilidad geográfica y cultural, pero permite observar los aspectos locales de las tecnologías prehistóricas, así como sus tendencias generales. En esta zona, el uso de herramientas metálicas para fabricar artefactos óseos del 4º al 2º milenio cal. A.C. no puede percibirse como un caso de simple sustitución de herramientas y técnicas. La producción de piedra tallada disminuyó significativamente ya a finales del 4º milenio, a principios de la Edad de Bronce, aunque sin efectos notables en la industria ósea. Esta última continuó hasta bien entrada la Edad de Bronce y los artefactos y la tecnología se diversificaron. Una recopilación de datos de diferentes sitios apunta a un uso limitado de las herramientas de metal en el trabajo del hueso, particularmente en la percusión y el grabado, desde finales del 4º milenio. Además, vincula estas herramientas con la fabricación de adornos con diseños novedosos o introducidos en el repertorio de artefactos óseos tan sólo unos pocos siglos atrás. Estas evidencias indican la existencia de diferentes esferas de producción, que surgen hacia finales del 5º milenio, en el Neolítico Final, y que manifiestan modificaciones estratégicas de los productos fabricados a partir de determinados materiales óseos junto con la introducción de nuevos tipos de artefactos. Este lento cambio continuó en los siglos posteriores amalgamando las viejas con las nuevas prácticas. Algunas de ellas indican una interacción y transferencia interregional mediante el simple préstamo o adaptación de los atributos técnicos y morfológicos de los artefactos, que incluyen también formas hechas de metal, como alfileres ornamentados y herramientas de borde dentado. A finales del tercer milenio, parecen cristalizar diferentes esferas de producción y los conjuntos de herramientas domésticas se normalizan en las formas y materias primas más básicas de leznas de hueso, herramientas de borde cortante y alisadores, lo que garantiza una mayor integración e independencia de los hogares. A partir de mediados del siglo XV, en momentos avanzados de la Edad de Bronce, los artefactos de hueso trabajados con herramientas metálicas se producen y utilizan ampliamente, con la excepción de las puntas de proyectil y las camas de bocado de caballo, que son raros y representan imitaciones (si no verdaderas importaciones) de objetos y estilos conocidos en regiones distantes. Además, hay pruebas del uso de herramientas metálicas para la elaboración de artefactos óseos con fines domésticos, pero es esporádico, lo que refuerza la idea de los conjuntos de herramientas diferenciados funcionalmente. También se observan preferencias y variaciones locales y regionales en cuanto a materiales óseos y tipos de ornamentos. En general, su producción parece haber permanecido inscrita en el ámbito de la artesanía local. En la zona geográfica analizada, gran parte de la actividad técnica, económica y social giraba en torno al hogar y al grupo doméstico, a pesar de la existencia de estructuras jerárquicas efímeras a finales de la Edad del Bronce, que tal vez podrían estar relacionadas con algunos contactos a larga distancia. Esto contrasta bastante con el sur del Egeo, donde el sistema micénico de organización política y económica dominaba la zona y se realizaban diversas actividades a gran escala, incluida la producción ósea. Durante la presentación se utilizarán ejemplos de centros palaciegos de la Grecia continental y Creta para ilustrar este aspecto específico.

El trabajo de materias óseas con herramientas metálicas en el norte del territorio continental griego y en sus inmediaciones siguió a un largo período de práctica de la metalurgia, que comenzó a finales del sexto milenio. Las escalas de producción son difíciles de evaluar, pero los testimonios de producción metalúrgica que se encuentran regularmente en los asentamientos de la Edad del Bronce excavados, así como las ocultaciones de herramientas metálicas, sugieren que las poblaciones locales estaban bastante familiarizadas con la metalurgia. Los huesos trabajados proporcionan pruebas sobre las herramientas metálicas empleadas para su fabricación, incluso cuando estas herramientas están ausentes de los asentamientos porque fueron amortizadas o recicladas. Lo más importante es que resaltan la interdependencia de la metalurgia con otras artesanías y la idea de que la asimilación y el uso de las herramientas metálicas fue un proceso bastante largo y selectivo.