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La Torre de Maçanes y su puesta en valor

La Torre de Maçanes y su puesta en valor

AUTORES: Rafael Pérez Jiménez, Elia Ortuño Terres (Área de Arquitectura. Diputación de Alicante), Josep Torró Abad (historiador) y Pasqual Costa Cholbi (arqueólogo)

La historia del municipio de La Torre de les Maçanes se halla indisolublemente vinculada a su monumento más singular. Situado en la calle del castillo y conocido a través de los tiempos con diferentes denominaciones, el edificio de la torre continúa destacando en el perfil urbano de Torremanzanas.

Se trata de un conjunto fortificado medieval edificado a fines de la época musulmana (siglos XII-XIII) para la protección de los habitantes de la alquería de Iri, denominada por los conquistadores cristianos como Torre de Maçanes (1246). Entre los años de 1380 y 1382 se realizaron en el edificio grandes reparaciones por orden de la reina Sibil·la de Fortià, mujer de Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso. La torre, de 10 metros de lado y unos 15 de altura, estaba cercada por una muralla (cortig) de la que se conservan restos del lienzo oriental.

Los cuatro muros que configuran sus fachadas son los únicos elementos constructivos originales que se conservan. Están fabricados con la técnica del tapial. Se trata de una técnica basada en el uso de un molde recuperable, en cuyo interior se apisona el material, que una vez endurecido constituirá el soporte estructural de la torre.

En el interior del recinto existían varias dependencias y, probablemente, una mezquita. En 1989 la familia Rovira, propietaria de la torre desde 1670, donó al municipio el edificio y su parcela. Durante los años 2006 a 2009 la Generalitat Valenciana inició la valorización de la torre con la realización de las obras de rehabilitación y consolidación estructural del edificio. En 2011 la Diputación de Alicante, con la colaboración del Ayuntamiento de la Torre de les Maçanes/Torremanzanas, ha concluido la puesta en valor del monumento adecuándolo para la visita pública. Estos trabajos de musealización de la torre y su entorno permiten, por una parte, aproximarse a los contenidos documentales que se exponen en los espacios interiores y, por otra, contemplar a través de un recorrido exterior las estructuras recuperadas de la fortificación original.

En 1246, por voluntad de los señores cristianos venidos con la conquista, la alquería de Iri cambia su denominación por la de Torre de (les) Maçanes. La sustitución toponímica comporta la imposición de un nombre nuevo de carácter descriptivo que alude a un elemento identificable. El término “maçana” es común, en la Edad Media, a las lenguas romances de los conquistadores (catalán, aragonés, castellano), como también su significado: ‘manzana’. No se refiere, en este caso, a la fruta pomácea, sino a un elemento de ornamentación arquitectónica asimilado a la misma, tal y como se documenta en un importante texto castellano del siglo XIII en el que se describe el aspecto de la Giralda al relatar la conquista de Sevilla en 1248: “Et en somo de la torre á otra torre… et ençima della estan quatro maçanas alçadas una sobre otra… la de somo es la menor de todas, et luego la segunda que está so ella es mayor, et muy mayor la terçera. Mas de la quarta non podemos retraer…” Lo que se describe como “maçanas” en la Primera Crónica General recibe en árabe el nombre de ŷāmūr. En el occidente musulmán el ŷāmūr es el elemento ornamental y simbólico con el que se rematan las torres alminares, formados por una barra o espiga en la que se ensartan de tres a cinco bolas (manzanas) metálicas, cuyo diámetro decrece gradualmente desde la inferior a la superior. En la simbología islámica el ŷāmūr evoca las ideas de perfección y plenitud asociadas al universo y a Dios, confiriéndoles además una direccionalidad celestial. Probablemente, la torre de Iri, tal y como la encontraron los conquistadores, se hallaba rematada por una torrecilla coronada por un ŷāmūr. Además de su función defensiva, la torre se utilizaría como alminar asociado a una mezquita. Hay referencias inequívocas a la presencia de mezquitas en el interior de recintos fortificados rurales en al-Andalus, documentándose este hecho con claridad en textos redactados durante la conquista del territorio valenciano. Por otra parte, contamos con indicios de la presencia de una mezquita en el interior del recinto fortificado de la Torre de (les) Maçanes.

Las primeras actuaciones se llevaron a cabo en 2006, con motivo de la intervención arquitectónica efectuada en el edificio, y estuvieron a cargo de Rubén Vidal. Se excavó el interior de la torre, donde no fue posible registrar depósitos de interés, ya que la totalidad del subsuelo estaba formada por una remoción con rellenos modernos. Pudo documentarse, no obstante, la presencia de un muro de carga central, dispuesto de norte a sur. En 2011 se realizó una segunda excavación, dirigida por Pasqual Costa y Josep Torró, con el propósito de identificar las estructuras existentes en el entorno inmediato de la torre. La apertura de siete catas y una zanja permitió poner de manifiesto la presencia de un muro perteneciente a la cerca (cortig) que envolvía originalmente la torre.

El tramo existente, de 24 m de longitud, discurre sensiblemente paralelo a la fachada oriental de ésta y presenta dos ángulos en sus extremos; el situado al norte es recto (90º), mientras que el meridional, apenas insinuado, definiría un cierre oblicuo, de unos 125º. En el ángulo septentrional se apoya un muro que no pudo excavarse en su totalidad y que prolonga el anterior en dirección norte; corresponde sin duda a una ampliación del recinto original, aunque de época no muy posterior.

Se registraron, asimismo, evidencias discretas de estancias adosadas internamente a la cerca, estructuras y rellenos asociados, con algunos materiales cerámicos datables genéricamente al final de la época andalusí (entre los siglos XII y XIII).  Los trabajos arqueológicos de 2011 facilitaron, también, la recuperación de los restos de las instalaciones de un lagar (cup y cubella) para la producción de vino, adosado a la cara norte de la torre y fechado probablemente a inicios del siglo XVII.